En los tiempos que corren es habitual ver casi todos los días a algún sector de la economía española y europea en huelga, de hecho también la convocatoria de una Huelga General no parece tan especial ni tan extraña y seguramente no repercuta tanto como se podría esperar en la actividad de un país. También es apreciable que lo único en lo que se suelen centrar los medios de comunicación, Gobierno y Sindicatos tras la jornada de huelga es en una guerra de cifras sobre si ha sido más o menos secundada.
En mi modesta opinión esto sucede porque hoy en día la huelga como tal no produce el efecto que si producía en la antigüedad, no en los gobernantes sino en el pueblo o mejor dicho en la conciencia del mismo. Literalmente los antiguos romanos eran capaces de paralizar el mundo no por un día sino por el tiempo necesario hasta conseguir sus objetivos. Esta es la nota de distinción de los romanos, ellos sabían que unidos movían el mundo a su antojo, cuando la plebe reclamaba algo a las clases pudientes o patricios, estos últimos sabían que o cedían o Roma se hundía.
En este blog se suele hablar de grandes generales y grandes gestas pero realmente los grandes cambios en la sociedad democrática romana estuvieron estrechamente ligados a las importantes movilizaciones del pueblo llano o plebeyo, esto fue realmente lo que hizo que aquella primitiva aldea de pastores en poco tiempo fuese dueña, señora y capital del mundo.
En el 494 a.C. Tan sólo 15 años después de la proclamación de la República, Roma se sentía amenazada por los ecuos y los volscos y deseaba levantar un ejército. Al mismo tiempo, había una crisis económica y muchos plebeyos se encontraban endeudados, casualmente como ahora. Lo curioso es que según la ley romana de aquellos tiempos, el impago de la deuda transformaba al deudor en esclavo del acreedor. Entonces los plebeyos sabiendo que era su oportunidad si querían conseguir algo se negaron a integrarse en el ejército a menos que esa ley cambiara.
Los patricios un poco acongojados pues sabían que sin los plebeyos Roma caería en manos de los ecuos y los volscos, aceptaron la petición. Sin embargo, una vez pasado el peligro de la invasión, renegaron del compromiso, esto último lamentablemente es habitual hoy en día.
Huelga del Monte Aventino |
Los plebeyos engañados y en un golpe de efecto sin precedentes se marcharon de Roma al Monte Aventino y se declararon en huelga. Roma se paralizó por completo, de hecho no había absolutamente nada para comer en la ciudad y los patricios tuvieron que replantear la situación.
La huelga cesó con la firma de dos acuerdos, el primero fue la creación de dos nuevos magistrados ordinarios, los tribunos de la plebe, los cuales tendrían derecho de veto a cualquier decisión del Senado o de cualquier otro magistrado que perjudicase a la plebe y con la potestad de poder asistir legalmente a cualquier plebeyo que tuviese un problema con la justicia.
El segundo acuerdo fue aceptar la legalidad del concilium plebis, esto fue un gran avance pues la decisión que adoptara esa asamblea exclusivamente compuesta por plebeyos tenía que ser aceptada por la República en todos sus términos.
La huelga cesó con la firma de dos acuerdos, el primero fue la creación de dos nuevos magistrados ordinarios, los tribunos de la plebe, los cuales tendrían derecho de veto a cualquier decisión del Senado o de cualquier otro magistrado que perjudicase a la plebe y con la potestad de poder asistir legalmente a cualquier plebeyo que tuviese un problema con la justicia.
El segundo acuerdo fue aceptar la legalidad del concilium plebis, esto fue un gran avance pues la decisión que adoptara esa asamblea exclusivamente compuesta por plebeyos tenía que ser aceptada por la República en todos sus términos.
Aunque pueda parecer que los patricios lamentaran la nueva situación, nada más alejado de la realidad, los patricios se sentían culpables por haber provocado esta huelga y promovieron conjuntamente con los plebeyos la construcción de un Templo de la Concordia para celebrar los acuerdos, esta es la gran diferencia con la sociedad actual, el honor.
En el 449 a.C. se produjo otra Huelga General en Roma. La causa principal fue que la ley estaba sujeta a la interpretación de los juristas y a su memoria ya que no estaba escrita, lo que motivaba que los abogados y juristas que eran todos patricios la interpretaran y la recordaran a su antojo ya que entre la clase plebeya predominaba el analfabetismo. Los plebeyos pidieron entonces que la ley fuese redactada para evitar interpretaciones interesadas, los patricios se negaron y estos se marcharon al Monte Sacro.
Huelga del Monte Sacro |
Parece ser que hubo otro motivo en esta huelga ya que coincide con el asesinato de Lucio Sicio Dentato, este personaje del que hablaremos en otra entrada fue quizás el militar romano más laureado de la historia, de origen plebeyo destacó sobre todo por la defensa de la igualdad entre plebeyos y patricios, fue asesinado por orden del decenviro Apio Claudio.
Pues bien, tras la marcha de los plebeyos al Monte Sacro se tuvieron que cerrar varios acuerdos, el primero fue que la ley fuese escrita a partir de ese momento lo que motivo la composición de la Ley de las XII Tablas, el primer código legal de la historia romana. El segundo fue disolver el colegio de los Decenviros. Y el tercero fue conseguir que Lucio Valerio Potito y Marco Horacio Barbato, los negociadores del Senado en la huelga fueran nombrados cónsules, pues los plebeyos sólo se fiaban de ellos.
Lucio Sicio Dentato |
Más tarde habría varias huelgas menores o de menor importancia que estas dos primeras pero en las que se conseguirían grandes logros, por ejemplo;
En el 448 a.C. La huelga consigue que los dos cónsules alternen año a año con dos tribuni militum consulari potestate, de los que uno puede ser plebeyo.
En el 445 a.C. Gracias a la huelga se permite el matrimonio legal entre plebeyos y patricios que hasta el momento estaba prohibido promulgándose la ley Canuleya.
En el 409 a.C. Los plebeyos consiguen acceder por primera vez a la magistratura pudiendo ser nombrados cuestores.
En el 367 a. C. El Senado admite por medio de una huelga que, de los dos cónsules nombrados cada año, uno proceda de la clase de los plebeyos.
En el 300 a.C. El último cargo patricio, el cargo de Pontífice, es por fin abierto a los plebeyos.
Monte Aventino |
Por último en el 287 a.C. Se produjo otra gran huelga, los plebeyos abandonaron Roma y se congregaron en el Monte Aventino. Como consecuencia el Senado reconoció las decisiones de las asambleas de la plebe “Plebis scitum” como asambleas que podían legislar siendo más importantes que la voluntad de los legisladores, lo que hoy podemos denominar referéndum.
Es mucho como hemos visto lo que los romanos consiguieron mediante la huelga pero también es cierto que consiguieron mucho más con acuerdos puntuales, la huelga debe ser el último extremo al que la sociedad civil debe llegar, pero llegado el extremo si una huelga no consigue algo es un rotundo fracaso. Quizás el poder de los medios de comunicación, quizás las maniobras políticas, quizás la desunión del pueblo o quizás todo a la vez hacen que hoy en día una huelga no tenga el efecto que tenía antaño.
Nicolás Maquiavelo afirmó;
Es mucho como hemos visto lo que los romanos consiguieron mediante la huelga pero también es cierto que consiguieron mucho más con acuerdos puntuales, la huelga debe ser el último extremo al que la sociedad civil debe llegar, pero llegado el extremo si una huelga no consigue algo es un rotundo fracaso. Quizás el poder de los medios de comunicación, quizás las maniobras políticas, quizás la desunión del pueblo o quizás todo a la vez hacen que hoy en día una huelga no tenga el efecto que tenía antaño.
Nicolás Maquiavelo afirmó;
[Yo digo que quienes condenan los tumultos entre los nobles y la plebe atacan lo que fue la causa principal de la libertad de Roma, y que se fijan más en los ruidos y gritos que nacían de esos tumultos que en los buenos efectos que produjeron. En toda República hay dos espíritus contrapuestos, el de los grandes y el del pueblo, y todas las leyes que se hacen en pro de la libertad nacen de la desunión de ambos]
Antes de opinar hay que saber donde nos encontramos cada uno, si estamos dentro de la rueda del poder o si somos una de las criaturas aplastadas por ella.
Los romanos lo tenían claro y eso que no tenían internet…o a lo mejor fue por eso…quizás.