Abla 1568. Navidades de sangre. VI·I·MMXI

[Historia es, desde luego, exactamente lo que se escribió, pero ignoramos si es exactamente lo que sucedió]
Así sentenció Enrique Jardiel Poncela lo que para él era la historia y su estudio, y ciertamente acertó en definirla como incierta, de igual modo que relataría Cicerón, ya que ésta no quedaría exenta de la manipulación del hombre, reflexión que se puede ampliar con la máxima que dice que la historia la cuentan los vencedores y nunca los vencidos. Pero aún así intentaremos desgranar los motivos que provocaron la revuelta morisca que ocasionaron los terribles sucesos que comenzaron en las navidades de 1.568 y que, según las crónicas, fijan nuestro pueblo, Abla, como uno de los focos principales de la rebelión.

En la obra de Juan de Ferreras, fechada en 1.725, “Historia de España. Siglo XVI. Parte Decimocuarta”, encontramos un apartado que relata la rebelión en Abla y Abrucena, dice así;
[…En el Obispado de Guadix se levantaron los Moriscos de Abla, y Lauricena, llevando dos compañías de infieles, que envió el Gorri, y apenas entraron, cuando destruyeron las Iglesias, y las saquearon matando los Cristianos, que pudieron haber a las manos, y los de Abla habiendo destruido el Altar Mayor, y hecho pedazos los retablos, sobre el mismo Altar Mayor degollaron un puerco, y hicieron otros muchos sacrilegios, y recogiendo sus mujeres, y hijos, los enviaron a la Alpujarra, y luego fueron todos a levantar a Fiñana, y los lugares del Marquesado del Zenete; pero los Moriscos de estos lugares no quisieron levantarse por entonces…]
El hecho prácticamente innegable en la actualidad es que el viernes, día de la nochebuena de 1.568 comienza el alzamiento morisco en las Alpujarras almerienses y granadinas, rebelión que también se inicia en la serranía de Ronda y en gran parte de la Axarquía de Málaga.

Juan de Ferreras

En Abla, parece ser que esta revuelta se inicia el 27 de diciembre de 1.568 y la población morisca abulense se une rápidamente a la revuelta como podemos ver en la siguiente crónica;
[…Tiene Guadix a poniente y al cierzo los términos de la ciudad de Granada, al mediodia el Marquesado que dicen del Zenete, que es tierra de señorío, y la Sierra Nevada, y a levante la ciudad de Baza. Caen en sus términos veinte y quatro lugares, sin los del Marquesado del Zenete, cuyos nombres son estos, La Peza, los Baños, Veas, Alares, Purrillena, Almáchar, Cortes, Greyena, Lúbros, Fonelas, Lopera, Darro, Diezma, Moreda, Alcudia, El Sigeni, Salabin, Cogollos de Guadix, Paulanza, Ixfiliana, Fiñana, Gor, Abla y Lauricena. Toda esta tierra es muy fértil, abundante de pan y de muchos granados; criase en ella mucha seda de morales, y los lugares estaban poblados por la mayor parte de Moriscos; y aun en la propria ciudad había más de quatrocientas casas de ellos, en medio de la cual está un castillo antiguo y maltratado, puesto en lo más alto de ella. Solo dos lugares de los que hemos dicho se alzaron en esta rebelión, que eran de señorío, llamados Abla y Lauricena, y estos están a la parte de Sierra Nevada…]
Pero incluso algunos abulenses llegan a capitanear algún que otro asalto a otras poblaciones en el inicio de la revuelta, como demuestra la crónica de Luís del Mármol Carvajal;
[…Los lugares de Iniza y Guarros fueron los primeros que se alzaron en esta taa el viernes víspera de pasqua de navidad. Lo primero que los rebeldes hicieron fue ir a casa de su beneficiado, que se decía el bachiller Biedma; y no le hallando allí, porque oyendo el alboroto se había escondido en la casa de un vecino que tenía por amigo, le saquearon la casa. Luego fueron a la iglesia y la destruyeron y robaron sin perdonar cosa sagrada, y la quemaron; y con deseo de vengar su ira en el sacerdote de Jesu-Christo, fueron a la casa donde estaba, y rompiendo las puertas, le sacaron y le llevaron desnudo y descalzo, las manos atadas atrás, por las calles haciéndole muchos malos tratamientos; y presentándole delante de los monfis y de los regidores de aquellos lugares, le dixeron dos de ellos, llamados Benito de Abla y Diego de Abla, si quería ser Moro, y que le dexarían la vida. Y como les respondiese, que tenían poca necesidad de darle tan mal consejo, porque él era Christiano, sacerdote de Jesu-Christo, y que había que morir por su santa fe catholica, le hicieron asentar en el suelo delante de ellos, y mandaron a los Moros mancebos que le jugasen a la ballesta; y después de haberle asaeteado, le dieron munchas cuchidadas y lanzadas; y echandole una soga al pescuezo, le entregaron a los muchachos, que lo llevasen arrastrando hasta un barranco fuera del lugar…]
Estos sucesos ocurrieron en los anejos de Paterna del Río, la desaparecida aldea de Iniza y la aún existente Guarros, cuyo artesonado de su iglesia nos muestra nuestro vínculo mudéjar.

Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, Guarros


Y la pregunta es bien sencilla, ¿Por qué se llegó a esta revuelta y en ese preciso momento?

Para ver la respuesta más aceptada por los historiadores tendremos que mirar muchos años atrás, concretamente hacia 1.526, en este año se aplica el “Decreto de la Junta de la Capilla Real de Granada”, este decreto regula de forma contundente la vida privada de los moriscos, su fe y sus costumbres, pero los moriscos consiguen prorrogar la aplicación del decreto ante el emperador Carlos I, comprando con dinero su aplazamiento durante 40 años.

Cuando pasan estos 40 años de prórroga, en 1.566 los sectores más radicales intentan de nuevo que se aplique, pero el rey Felipe II no está por la labor, sabedor de que ocasionará una revuelta, aunque al final cede y le encarga la redacción al inquisidor general Diego de Espinosa, personaje al que se le atribuye la autoría de dicho edicto real conocido como “Pragmática Sanción de 1.567”, edicto que empezó a hacerse cumplir el 1 de enero de 1.567.

Felipe II

El edicto pretendía que los moriscos cambiasen su forma de vida y a modo de ejemplo citaré algunos puntos del edicto; los moriscos tenían la obligación de aprender castellano en un plazo de tres años, pasados los cuales sería un delito escribir, hablar, o leer en lengua árabe, sus nombres árabes serían cambiados por nombres castellanos, se les obligaba totalmente a abandonar todas sus costumbres, incluso a bañarse, etc… con todos estos antecedentes parecen claros los motivos que desencadenaron la revuelta de 1.568, pero nada más cercano a la realidad, éste edicto fue la gota que colmó el vaso, pero el vaso estaba ya medio lleno hacía tiempo, como veremos.

El historiador accitano, Carlos Javier Garrido García, expone una causa principal de la revuelta, causa que comparto totalmente, la causa no es otra que de carácter socioeconómico;
[…La represión desplegada por las autoridades castellanas sobre las manifestaciones religiosas y culturales de los moriscos…se ha considerado siempre como la principal razón de las tensiones entre las comunidades castellana y morisca. Ello, siendo cierto, ha escondido las tensiones económicas, entre ambas comunidades, tensiones que también coadyuvaron, y en un grado nada despreciable, a la rebelión morisca de la navidad de 1.568…]

Carlos Javier Garrido expone a modo de ejemplo la situación en Guadix, Marquesado de Cenete y Fiñana, justo antes de la rebelión, en la que se puede palpar la diferencia existente entre castellanos y moriscos;
[…En las tres localidades de la zona habrá un total de 589 casas para igual número de vecinos, de los que la mayoría (468 vecinos) corresponderán a moriscos, mientras que los castellanos supondrán un contingente importante sólo en la repoblada Fiñana, donde se asentaban 100 vecinos castellanos, el 40% de su población total. Frente a su menor valor demográfico, los castellanos desarrollaron un fuerte movimiento de acumulación de propiedades. Así poseerán el 63,6% de los hornos de pan, el 50% de los molinos de aceite, el 30% de las tierras de regadío, el 67,6% de las de secano, el 42,7% de las viñas, y el 58,5% de la seda. Sólo en los casos de los molinos de pan, las huertas y el aceite, los castellanos tendrán un porcentaje inferior al de su volumen demográfico, seguramente por su menor inclinación a estas actividades productivas. Además, muchas de las propiedades que en el apeo eran definidas como de moriscos estaban hipotecadas por censos a favor de castellanos o bien eran propiedades de castellanos cedidas a los moriscos en censo perpetuo…]

Viendo estos datos se puede entender la causa principal de la rebelión de 1.568, pero otra pregunta puede asaltar al lector curioso. Si los castellanos dominaban la situación… ¿Por qué se promulgó el edicto que desencadenó la rebelión?.

Y ciertamente es una buena pregunta, para la que hay varias respuestas, la primera puede ser el miedo que había al Imperio Turco que junto a sus aliados del norte de África buscaban debilitar el poder imperial español, y como no, la población morisca había colaborado con éstos tanto en personal militar como con espías, ese miedo a una invasión musulmana empezando por Granada motivó un pánico silencioso como en el caso que ya vimos de Roma y Cartago, otro motivo era la proliferación de salteadores o bandoleros moriscos “monfies” que no paraban de atacar abiertamente a la población cristiana, y el último motivo puede ser un intento de homogeneizar la sociedad española del Estado Moderno.

Sea lo que sea, una cosa está clara, el principal motivo que llevó a estos sucesos, fuera de ideas, creencias o costumbres, fue el cáncer que ocasiona todos los males de la tierra y que ocasionó todos los males de la historia, el dinero.

Empezamos este pequeño relato con una cita de Jardiel Poncela y creo que deberíamos finalizar con otra de Montesquieu que dice así;

[Feliz el pueblo cuya historia se lee con aburrimiento]


Ya quisiera yo aburrirme con la nuestra.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

paco tines razon en lo de que el mal principal es el dinero y si no que se lo digan a tus "queridos judios"que los mandaron a ..... porque les tenian que pagar hasta por vivir los mal llamados reyes catolicos y despues el resto de desciendientes de la estirpe imperial alemana siguieron el mismo camino todo para mi y los demas que vayan aviaos.
el peligro turco como que estaba controlado los mas peligrosos esra los corsarios argelinos que asolaban la costa andaluza. y quien quiera decir mas y enseñarnos mas hitoria que venga y lo cuente que para eso esta esto

maestro 1989 dijo...

Veo muy rebeldes y levantiscos a aquellos abulenses del siglo XVI.
Los obligaron a renunciar a su religión,para poder permanecer en Abla.
No saben los gobernantes,que hay cosas,a las que no se nos puede obligar,si con ellas,perdemos nuestra dignidad.
Gracias ,Fran,por traernos nuestra historia.
Juan Ortiz F.

Tus-mundos dijo...

Una vez más... el dinero!!
No conocía nuestra vena más guerrera, interesante!!

Un abrazo y que este 2011 tengamos muchas más historias como estas.
Feliz Año, Parri!!

Francisco Javier González Sánchez dijo...

Efectivamente Tus, el dinero y como bien dice Juan también la dignidad, este es el hombre y esta es su historia. Gracias por seguir el blog como siempre.